No hay duda que detrás de esa bendición que trae la era tecnológica permitiendo el rápido procesamiento de datos, la comunicación de un lado al otro del mundo en solo segundos, germina una patología que ha comenzado a causar estragos en la salud del hombre contemporáneo llamado Tecnoestrés. El tecno estrés es la incapacidad de enfrentarse a la tecnología de la información y sus cambios acelerados “de un modo psicológicamente saludable”.

Esta nueva patología puede aparecer bajo dos modalidades opuestas:

* Por un lado: como un rechazo a la tecnología, que a veces se convierte en una tecnofobia. Es habitual en las personas de mayor edad, que apelan a mecanismos de defensa del tipo “soy chapado a la antigua”, “esto no es lo mío”. Pero el mundo tecnológico no está dispuesto a dejar escapar a nadie: aunque no se trabaje, muchos turnos, trámites y otras gestiones hoy se realizan únicamente por Internet y tarde o temprano habrá que vérselas con la PC, o pedir ayuda a hijos o nietos. Esto provoca mucho enojo e impotencia y la sensación de “haberse quedado atrás” para estas personas.

* En el otro extremo, se manifiesta como una identificación exagerada con la tecnología; es el caso de las personas que “no se pueden despegar” de la computadora, que están siempre tratando de ganar la carrera a la innovación, que padecen si no tienen la ultima tecnología en computadoras, celulares, etc.

El cambio es tan intenso y rápido que genera estrés incluso en los que ya se adaptaron.